Para dormir bien hay que tener buenos hábitos de sueño, lo que se llama buena higiene de sueño. Llevar una adecuada higiene de sueño permite que durmamos mejor y facilita el desempeño de nuestras labores diurnas.

Durante el día:

• Lleve una vida saludable, procurando concederse algunos minutos de relax, varias veces, a lo largo de la jornada.
• Mantenga horarios regulares, de comida, ejercicio, actividades.
• Haga ejercicio regularmente. Evite hacerlo muy próximo a la hora de dormir, mejor que hayan transcurrido algunas horas (3-4) antes de meterse en la cama.
• Evite hacer siestas y si algún día no lo logra, haga una siesta corta (15-20m).

En la noche:

• Haga cenas ligeras pero no se acueste hambriento.
• Evite la cafeína, la nicotina y el alcohol. La cafeína y la nicotina son estimulantes. El alcohol puede hacer que se despierte en mitad de la noche y disminuye la calidad de sueño.
• Si es una persona que tiende a preocuparse, antes de que llegue la hora de acostarse, haga un pequeño ejercicio. Coja papel y lápiz y anote todos aquellos problemas que le preocupan, las tareas pendientes para el día siguiente, repase la lista hasta sentir que la ha completado y a partir de ahí enfoque su actividad mental hacia aquello que le haga sentir bienestar.

A la hora de acostarse:

• Procure establecer horarios regulares de acostarse y levantarse.
• No se acueste hasta que no tenga sueño. Realice alguna actividad placentera y relajante: oír música, hojear una revista, etc.
• Utilice la cama solo para dormir, evite llevarse trabajo a la cama, leer, ver la TV.
• Realice alguna rutina antes de acostarse. Siempre la misma (tomar una ducha caliente, prepararse una tisana o vaso de leche caliente, etc)
• Si no puede dormir pasados 10-15m, levántese, salga del dormitorio y haga alguna actividad relajada en otra habitación hasta que sienta somnolencia, ese será el momento de volver a la cama. Evite las actividades que considere muy interesantes, eso le mantendría despierto.

En cuanto a la habitación:

• Haga de su dormitorio un espacio confortable, oscuro, silencioso y con una temperatura adecuada. Es mejor que la habitación esté fresca.
• Duerma en un buen colchón, ni muy duro ni muy blando, que le haga sentirse cómodo.