Un estudio realizado en Australia avala la seguridad de las técnicas conductuales para los bebés mayores de 6 meses con problemas para dormir.

Estudios clínicos han demostrado la eficacia a corto y medio plazo de las técnicas conductuales para mejorar el sueño de los pequeños. Sin embargo, hasta ahora existía cierta preocupación acerca de si esas técnicas podrían afectar al desarrollo emocional de los niños y, por tanto, a su salud mental.

En 2007 estos investigadores australianos habían demostrado que padres e hijos se benefician cuando los bebés aprenden a dormir con distintas técnicas conductuales, como "llanto controlado" o "acampar fuera". En la técnica de "llanto controlado" el padre o la madre responden al llanto del bebé en lugar de dejarlos llorar hasta que se quedan dormidos según pautas de tiempo establecidas y en "acampar fuera" los padres dejan progresivamente de estar presentes en el cuarto del bebé.

En este segundo estudio se hizo el seguimiento de 225 niños de los 326 bebés con problemas para dormir del estudio original. De ellos, 125 habían participado en los programas de entrenamiento. Los datos concluyen que entre ambos grupos de niños ( los que sí participaron en los programas y los que no lo hicieron) no existen diferencias significativas en cuanto a trastornos del sueño, salud emocional, conducta o nivel de estrés. Tampoco se observaron diferencias al analizar la depresión, la ansiedad y el estrés entre los padres de ambos grupos de niños, o la relación entre padres e hijos.

http://www.mcri.edu.au/media/148190/final_paper.pdf

Price A.M.H, Wons M, . Five-Year Follow-up of Harms and Benefits of Behavioral Infant Sleep Intervention: Randomized Trial" Pediatrics doi: 10.1542/peds.2011-3467. September 10th, 2012.